La verdad es que pese al confinamiento, o quizá por él, estoy a tope de trabajo. He decidido ponerme por fin con piezas que llevaban meses o años esperando su turno en el almacén y, después de transformar el estudio de mi casa en mini taller temporal, he estado restaurando arañas de techo y apliques como si no hubiera un mañana. Algunas de las piezas que verás aquí ya no están disponibles (algunas han volado literalmente) pero sigo reanimando lámparas de techo y apliques antiguos, así que te invito a que te pases por mi tienda bonita para estar al día o que me sigas en instagram para no perderte ninguna novedad. Quizá, esta semana me vaya ya al taller de verdad a restaurar espejos y muebles pequeños que están allí muertos de la risa. Esto va para largo, así que mejor tomárnoslo con paciencia y una gran sonrisa. ¿Empezamos?