Ahora que andamos con trucos nemotécnicos para no olvidarnos de las reglas y nuevas convenciones sociales y esperemos que temporales (fases y demás), a mí me ha salido un 1-2-1 de libro, oye. El diseñador no es otro que el estadounidense Jason Basmajian, que ha trabajado para firmas de lujo como Dupont o Cerruti y a quien presupongo artífice del encanto y selección de mobiliario, textiles y obras de arte de cada uno de los espacios de sus dos casas, el piso en el norte de Londres, pero céntrico, en Kentish Town, a tan solo media hora paseando de la estación del Eurostar que conecta Londres con París, y la casa que posee en tierras francesas. Sí, su segunda residencia, su refugio de fines de semana es una antigua casa en Sancerre, a unas dos horas de coche al sur de París. Ambas guardan una conexión estilística sorprendente aun tratándose de espacios que no tienen nada que ver, el sello Basmajian, claro. Empiezo por esta imagen porque más allá del taburete diseñado por Charlotte Perriand y que he visto en venta por 10.000€ (echa un vistazo) y de esta celebérrima silla en teka del suizo Pierre Jeanneret, os diré que si no idéntico, yo he tenido al hermano gemelo de ese espejo sol en mi tienda bonita hace un tiempo. Cosas de la vida… 

Arranco con esta fotografía porque me parece que desprende un estilo único y porque es muy representativa de este piso creado por la interiorista australiana Phoebe Nicol para una profesional que trabaja desde casa. Un proyecto absolutamente a medida en el que ambas han creado un mundo sofisticado, muy femenino pero no romántico, en el que el blanco reina y el negro pone un contrapunto fenomenal en espacios como el dormitorio. La combinación de ese mueble de madera de raíz combinado con el aplique de formas orgánicas y el cabecero tapizado sobre esa pared estucada en negro me parecen sublimes.