Si hace unos días te enseñaba esta casa con una singular cocina en Chiswick, volvemos hoy al mismo punto geográfico del globo, pero esta vez de la mano de otros interioristas. En esta cocina en lugar de mirar hacia el cielo, lo inédito está en el suelo, con una bodega subterránea a la que se accede a través de esa puerta circular de cristal no apta para claustrofóbicos. Lo que me gustan a mí estas «trampas». Sin embargo, la foto que me llevó hasta aquí es la del aseo empapelado en tonos azul, blanco y dorado y de claro estilo art decó que puedes ver más abajo. Enlaces, al final.