Esta cocina me ha dejado un momento mirándola fascinada, con ese cerramiento de cristal y perfilería metálica que sustituye a la pared, y que además de permitir que la luz natural inunde el resto de la casa, la transforma en algo que asemeja una fotografía de tamaño natural, un verdadero rincón de revista; la pared de ladrillo visto combinada con el blanco liso y sin adornos, la madera natural y los toques amarillos. Si tuviera que quedarme con algo, además de la luz, las ventanas de guillotina o ese maravilloso suelo de madera que luce en toda la casa, sería sin duda con la idea de hacer del defecto virtud con esas vigas de hierro que han sido pintadas de amarillo y que enmarcan el salón. Me he apuntado un par de ideas en mi imaginaria libreta de ideas decorativas geniales que algún día, quién sabe, pondré en marcha.