Hoy vengo a hablarte de algo que conozco bien, así que lo tengo fácil. Y además voy a compartir un breve video mío contigo, lo que me hace mucha ilusión :)

Si la memoria no me falla, en las últimas 4 casas en las que he vivido, incluyendo esta donde tengo mi estudio y en la que vivimos desde hace algo más de 7 años, causante además de que yo abriera este blog, siempre hemos disfrutado de gas natural, tanto para la calefacción como para el agua caliente.

Afortunadamente en nuestra actual casa el gas natural venía ya de serie (junto con un pequeño jardín y una coqueta chimenea en el salón ;)), pero en el piso donde habíamos vivido años antes nos tocó hacer una reforma integral de esas de tirar paredes, suelo y techo. Te haces una idea ¿verdad?. Recuerdo perfectamente aquellos momentos previos a la obra, cuando, con una mezcla de ilusión y miedo nos imaginábamos cómo queríamos que fuera nuestra casa; pensando espacios, haciendo cuentas, valorando opciones, calidades y diseños sobre un plano del piso lleno de anotaciones y tachones: paredes que quedaban, las que se iban, que si bañera grande o enorme. Recuerdo como si fuera hoy que había dos cosas, bueno tres en realidad, que para mí eran innegociables: una puerta acorazada, unas buenas ventanas aislantes del ruido y del frío, y tener gas natural para calefacción y el agua caliente. Y más pensando en que posiblemente pronto pasáramos de ser dos a tres… Al final, ese tipo de cosas son las que realmente cuentan en una casa, las que mejoran sustancialmente el confort y hacen los domingos caseros aún más apetecibles.

Pero espera, que yo hoy vengo a hablarte de una de las principales ventajas del gas natural: la sostenibilidad. ¿Me dejas que te lo cuente de viva voz? ;)

Te lo repito por si te ha despistado mi acento :):

1. No genera cenizas ni contamina. Bien

2. Se utiliza como se extrae de la tierra, sin transformaciones que supongan un impacto en el medioambiente. Muy bien
3. Es la energía convencional con menos emisiones de CO2 por Kilowatio. Requetebién.Ah, y en este enlace podrás encontrar alguna ventaja más…

Déjame que comparta contigo algunas rutinas que tenemos en casa que quiero pensar que nos ayudan a ser más sostenibles, a que nuestra huella energética sea la menor posible y ya de paso a ahorrar mes a mes, que nunca viene nada mal. Son sencillas, pero a veces se nos olvidan:

• No te quedes media hora debajo del chorro de agua caliente en la ducha. Vale sí, es una sensación genial, pero malgastar tropecientos litros de agua caliente no es un buen camino a la sostenibilidad. Si puedes escribir mensajes de vaho en el espejo del baño, mal asunto…
• Deja los baños relajantes con burbujas y agua rebosante como un premio o recompensa especial; para el día a día, elige mejor la ducha… siempre siguiendo el punto 1, claro está.
• Repíteles a tus hijos, cada vez que se les olvide, es decir, ¿cada día?, la importancia de que tampoco la malgasten ellos cuando se bañen. Los míos lo tienen grabado en sus tímpanos :).
• Pon un termostato con la temperatura ambiente deseada en la zona de casa donde paséis más tiempo, como el salón, para que el consumo de gas se ajuste a ella. Así consumirás solo lo necesario para tener tu casa calentita pero sin pasarse, que tampoco hace falta ir en manga corta en enero…

Recuerda, para tener toda la info sobre las ventajas del gas natural en tu casa, haz clic aquí