Nórdica, sí, pero clásica y con un punto rural. Una gran cocina sin pretensiones, empapelada con uno de esos diseños florales tan típicos del norte de Europa y abierta a un comedor y zona de estar que parece sacada de una cabaña sueca de principios del siglo XX. Una cocina atípica y muy acogedora…
1910, un interiorista de éxito y una escalera de museo
Dicen que Pierre Yovanovitch es uno de los interioristas más influyentes de Francia, y después de ver su portfolio, con casas y negocios marcados con su inconfundible sello en Portugal o Bélgica, me atrevería a decir que de toda Europa. La casa de hoy, distribuida en 3 plantas y construida en 1910, fue transformada en oficinas en los años 60 y así, con falsos techos, sin baños completos ni cocina y con una distribución algo distinta fue como se la encontraron sus actuales propietarios, una pareja cosmopolita de una cierta edad, con gustos definidos y una buena colección de obras de arte y piezas de mobiliarios importantes ya en su haber cuando llamaron al gran Yovanovitch para la reforma. El resultado es una casa que a mí me recuerda más la showroom de un diseñador, con muebles creados exprofeso y una escalera tan imponente que no me digas que no recuerda la de un museo, pero que es también toda una lección de buen gusto. Si tuviera que elegir una estancia sería ese gran baño forrado, literalmente, de mármol gris.
Fotos e Interiorismo: Pierre Yovanovitch via AD.com